A dos pasos de nuestro antiguo emplazamiento, cubierto con un abrigo que me resguardaba del frío de la noche parome al requerimiento de un anciano que,apoyado sobre una pared, contemplaba la ruina de uno de los edificios de la calle san Torcuato.
-Buenas noches buen hombre, ¿qué mira usted inquieto entre tanta ruina?
-Pensaba, joven hombre, que el palacio que hubo aquí seguro estuvo habitado por gente buena y principal y que húbola hasta hace poco…
-¿Y que pasó para que esta casa deviniera en escombro?
-Díjose que diez años atrás habitaba el palacio, ya abandonado, un alma en pena que recorría con su triste meditar los pasillos, bodegas y corredores de lo que algún día fue esta casona aragonesa; el buen fantasma con tino certero y aviesas intenciones hiciera agujeros en las techumbre y abriera ventanas para provocar que todo el edificio viniérase abajo; pasaron las lluvias, los fríos, que aquí son tan intensos, y el palacio se empezó a hundir, no sin la oposición de algún prócer que para evitar que la fachada cayere tuvo el detalle de tapar la calle con un bloque hormigonado ¡bendito sea!. Ahí, señor, usted contempla esta linda fachada como recuerdo de toda la historia de la fantasma que la habitaba, aunque se cuenta que esta no descansa en paz y que desea que la fachada caiga después de su abandono para que construyan un edificio de apartamentos con balconcicos chiquiticos, ventanas cuadradas y aleros sin labrar en donde poder reposar tantos años de arrastrar cadenas.Según ha oído decir una señora que por aquí pasa mucho, el cambio climático, al provocar el deshielo de los polos hará que el agua llegue hasta el mismo Calatayud y que estos mismos apartamentos servirán al ánima maldita como primera línea de playa.Por eso contemplo yo estas ruinas amigo mío, para que no se me olviden estos muros que ha doscientos años que desafían al tiempo, y pensar en el apartamentico que me voy a agenciar aquí, Dios mediante.
Y así fue como encontreme sonriendo ante las ocurrencias del anciano…¿será verdad?
Yo vivi mi infancia en este palacio en los años 60. Era de un labrador, el cual tenia animales y aperos. La primera planta la acondiciono para viviendas, creo que fueron cuatro, tres para inquilinos y una para el propietario.
Nosotros habitamos la vivienda que daba a la calle san Torcuato con sus antiguos balcones, es una pena el haberlo dejado caer.