¿Ustedes no recuerdan a finales de los noventa a un mago muy siniestro y mundialmente conocido que salía con Claudia Schiffer y que una vez hizo desaparecer un tramo de la muralla china detrás de una cortina? quizá desde hace tiempo no saben de él y les reconcome la curiosidad por saber que ha sido de tan ilustre personaje, pues bien, la sorpresa viene ahora cuando les diga que David Copperfield se encuentra actualmente viviendo en Calatayud, su tierra natal.Sí ya sé, se han quedado como estatuas de sal al oirlo pero no hay ningún engaño en esto, nada por aquí y nada por allá aludiendo al lenguaje de la prestidigitación, es más, vamos a ofrecerles una entrevista en exclusiva para los lectores de Calatayud Monumental.
– Buenos días señor Copperfield
– Buenos días amigo
– Qué callado se tenía su bilbilitanismo ¿eh?
– Sí, quizá por cuestiones de publicidad no era muy atractivo, quien sabe, fue un consejo de mi antiguo manager al que no debía haber hecho caso y de lo que me arrepiento profundamente.
– ¿Y se puede saber que hace un mago de su renombre retirado en su antigua ciudad?
– Pues mire amigo, la verdad es que la sequía de éxitos en el 2000 me abocó a una gran depresión de la que sólo encontré cura retirándome a mi solar bilbilitano como ya hiciera nuestro augusto poeta Marcial y aquí intenté relanzar mi carrera haciendo sesiones para el público en general,lo cual cosecharía más fama y más éxitos y me alzarían nuevamente a la cumbre del estrellato y a codearme con las rubias más despampanantes, pero nada más lejos de la realidad, ¿usted recuerda la desaparición de un tramo de la muralla china, uno de mis mayores éxitos?, pues he intentado llevarla a cabo en Calatayud con el resultado que usted ve.
– Para ustedes, mis amigos lectores les informo que nos encontramos junto a la Puerta de Zaragoza, justo enfrente de la Colegiata del santo Sepulcro y lo que nos muestra nuestro gran amigo el David es un lienzo de muralla de nuestro conjunto fortificado que sencillamente ya no está ¿no es así?
-Sí, pues mire, resulta que me puse a experimentar con una sabanita bajo la atenta mirada de unos chavales de la calle y sin querer he hecho desaparecer un trozo de muralla con un arco apuntado de ladrillo que incluso aparece referenciado por algunos autores como Agustín Sanmiguel, el caso es que tras hacerlo desaparecer por arte de birlibirloque no hay manera de que vuelva a aparecer y hemos tenido que colocar unas vallas metálicas que hace más decorativo no se crea.
– ¿Me está usted queriendo decir que ha hecho desaparecer un trozo de muralla protegida y que no puede hacer que vuelva? ¿y nadie la ha echado de menos?
– Pues mire caballerete, no se me ponga altanero que he de decirle que nadie se ha dado cuenta y que nadie ha reparado en ello, a ver que se va a creer que parece usted tonto ¿no está mejor una vallica metálica tan higiénica mejor que unos muros que sabe Dios la de años que llevarían allí?, vamos hombre, eso es sentido común oiga.
– ¿Y el ayuntamiento lo sabe?
– Eso es un secreto entre yo y la Claudia (la Schiffer claro está)
– Bueno, perdone usted don David pero yo creía que el patrimonio era una cosa que estamos obligados a conservar para disfrute de las generaciones futuras pero mire que soy ignorante si pensándolo bien si quiere restauramos el castillo de Ayud con hormigón armado cara vista que es muy propio de los árabes…
– Sin más sólo me queda preguntarle a que se dedica usted ahora mismo
– Pues ahora soy conocido como «el David el Corte field» y me dedico a consejero de cultura
– Si ya lo decía yo, usted no se merece menos…
(Y aquí queda la moraleja que donde hubo muralla ahora sólo queda reja).