Cuando ya la Cuaresma ha empezado su andadura, cuando el mes de marzo empieza a sorprendernos con unos ratos más de luz, el que aquí les habla, encontrándose lejos de Calatayud oye nítidamente como le cantan los gallos del Sepulcro.
Muchos de ustedes, mis queridos lectores, se preguntarán si ya definitivamente el que aquí les escribe ha perdido el juicio y qué quiere decir con los gallos, con el Sepulcro y con toda esta sinrazón.
Simplemente, que en las torres señeras y señoras de la Colegiata del Santo Sepulcro que se alzan oteando el horizonte y que tantas veces han excitado la devoción del pueblo de Calatayud al repicar sus campanas, sobre los chapiteles que las coronan, se alzaban hasta hace quince años o más dos pesados gallos de hierro forjado que desafiaban gallardos los envites de los inquietos vientos de Calatayud, cuenta la tradición y el boca a boca de la gente del pueblo que cuando uno se encuentra lejos de Calatayud y siente un poco de nostalgia le cantan los gallos del Sepulcro.
Antes, cuando uno echaba la vista arriba y observaba su perfil enmarcado por las nubes de nuestro cielo,podía imaginarse perfectamente a San Pedro, delante de ellas, negando tres veces en el Sanedrín que no conocía a Cristo anunciando su pronta pasión, sus forjados le daban a esa Colegiata tan solemne ese recuerdo piadoso y a la vez ese aire tan familiar, con esas dos aves comunes y simpáticas. No sabe uno porqué, de repente, empieza a oler al incienso, a sentir el latín de los oficios del Jueves Santo, a imaginar las peanas paseando iluminadas por las calles de Calatayud dejando a su paso un olor a tomillo y romero…no sabe uno porqué pero el chirriar pesado de esos gallos veleta, llegan hasta el oído del bilbilitano que espera, que aguarda, que pena y que nunca sabe si volverá…
No se crean que los gallos han desaparecido, no, están guardados esperando los tiempos mejores de una restauración acertada que los devuelva a su sitio, que los devuelva para hacernos que no nos olvidemos nunca de lo que somos realmente.
Nunca me habria imaginado que existieran esos gallos pero pienso preguntar por ellos a alguien que sí lo tiene que saber.
Hola Antonio. Los gallos están ahora mismo guardados a la espera de la restauración de las torres. Representan a los gallos de la pasión (los mismos que cantaron después de la negación de San Pedro). Sé que están cuidados y a buen recaudo. Gracias por tu comentario.