Desde pequeño me ha entusiasmado ese cuento que me contaban mis tías que se llamaba » El castillo de irás y no volverás». Me gustaban esas dos palabras que eran para mi una mezcla entre miedo e intriga que me ponían los pelos de punta. Pues bien, el otro día paseaba por la calle Gotor para subirme el ánimo con las ruinas de lo que un día fue nuestro Casco Histórico, y de repente, me da por pararme frente a lo que un día fue el palacio de los Sesé, un Palacio Aragonés con un alero labrado espectacular, de anchos muros y zaguán y cuerpo de escaleras de indudable mérito. Como se imaginarán se me cayó el alma a los pies, el palacio ya no existe, desnudo de todo su contenido sólo quedan en pie su fachada apuntalada y unas antiguas escaleras que ya no llevan a ningún sitio y además sin cubiertas, es decir, expuestas a la intemperie y a algún derrumbe. La gente que pasaba por la calle decía «¿Y esto?, pues no sé, no sé» «me han dicho que lo compró una constructora pero se ha quedado sin perras»»iban a hacer viviendas pero si ha quedao así, no sé»»aquí vivían las no sé cuanticas, pero no sé»…en ese instante me dio por recordar ese cuento de mi infancia y rebautizar ese palacio en lugar de palacio de los Sesés como palacio del «no sé, no sé» y lo peor «ni me importa».
Carlos, lo vimos así en junio del 2009 en una visita de Apudepa por Calatayud. Ya entonces el edificio lo habían vaciado, tal y como lo describes pero aún estaban trabajando en él y cuando pasamos por la calle Gotor hablamos con el arquitecto que nos saludó.
Estamos de acuerdo contigo en que esta actuación es una de las más perversas que se ha infringido a la arquitectura civil aragonesa en los últimos años. Lo que se ha hecho con esta casona de estilo palaciego es de juzgado de guardia. Tenemos algunas diapositivas del interior, de hacia 1997, cuando vivía una señora mayor que amablemente nos enseñó su casa.
Yo de verdad no entiendo como esto no está denunciado por patrimonio desde hace tiempo; hace poco aparece en la sección de «chistes» de algún periódico de nuestra región un comentario que decía: «Patrimonio ha mostrado al ayuntamiento su preocupación por la sustitución de edificios antiguos en el Casco Histórico de Calatayud» de verdad que me eché unas risas con tanto cinismo, cuando pongan manos a la obra llevados por su «gran preocupación» no quedará piedra sobre piedra.
Lamentable, pero lo es más el que no constituya un caso aislado.
La lista sería larguísima. Señores recuerdan el palacio de estilo aragonés, con su rica galeria, fachada de ladrillo y alero prominente, existente en la calle rincón de gotor, pues de el no queda nada, demolido completamente, como lo ha sido la casa del reloj de la plaza de España, como, multitud de edificios mudejares, típicos de calatayud con su fachada retranqueada.
Lo dicho, la lista sería larguísima, y lo peor es que estos atentados, individuales, si los vemos de modo conjunto y perspectiva, lo que consiguen es convertir Calatayud en un denigrante solar, que si no se reconstruye de un modo completamente mimetico del original, lograran que esta ciudad pierda su patrimonio más importante, su ambiente, carácter, originalidad y espiritu, para convertirse en algo monótono y vulgar, algo de lo que ya no estaremos orgullosos.
No podemos esperar que no lo solución de fuera, no lo harán, nos sobran antecedentes.
Pero que, en otras ocasiones ha habido movilizaciones para restaurar monumentos, por que no realizarlas para conservar el más importante. En otros lugares se han creado asociaciones como amigos del serrablo, (restauradoras comunitarias de monumentos),algo hay que hacer. Imaginación al poder.
Tienes mucha razón Miguel Ángel, no sería mala idea el movernos aunque fuera a nivel internet, tienes razón en la aparente tranquilidad con la que nuestros vecinos contemplan como se destruye todo y como se construyen edificios que son verdaderos atentados contra el buen gusto. Mucha gente se uniría si se creara algo así.
Gracias por tu comentario.
Hola, mi pregunta es¿Donde está guardado el reloj de sol y los azulejos que formaban una preciosa reproducción de creo que era una virgen o una piedad?
Desconozco el destino del reloj de sol y del azulejo. El azulejo, valiosísimo, representaba a San Vicente Ferrer ya que predicó en ese mismo balcón. Ya don Vicente de la Fuente habla de él, pues vivía en la casa contigua. Parece ser que el rosario de los dominicos se detenía en ese mismo punto, y en el balcón, ya desaparecido,un orador de la orden daba un sermón. Gracias Antonio por tu comentario.