Aunque el devenir de esta página haya convertido la mayoría de los artículos en una crítica a la ferocidad con que es arrasado el patrimonio de todos los bilbilitanos, la verdad es que también hay que hacer un hueco a los esfuerzos, que mucho ciudadanos anónimos, han llevado a cabo para que el conjunto histórico artístico de Calatayud se conserve (aunque suene paradójico lo de conjunto histórico artístico y por tanto protegible).Uno de esos ejemplos de abnegación y respeto es el palacio de los Herlueta, un caserón del siglo XVI que ha conseguido mantenerse en pie mientras todo su entorno termina en el suelo; dos pisos con galería de arquillos y esgrafiados mudéjares han conseguido sobrevivir a la ruina a la que estaba abocada.Cuando el que escribe era pequeño, le gustaba que su hermano le cogiera a cotenas para poder mirar a través de las rejas de lo que entonces era un palacio abandonado y el panorama no podía ser más desolador, boquetes en el suelo, tristeza, dejadez y ruina. Uno sabía que el fin del edificio sería el hundimiento como el que sufre el vecino de los Villa Antonia. Pero el antiguo palacio de los infanzones de los Herlueta tuvo su particular salvadora, cuando a mediados de los noventa, fue comprado para una íntegra rehabilitación para convertirlo en lo que siempre fue, una vivienda con empaque. Ni una ayuda del estado, ni del gobierno autonómico, para poder costear una obra tan ingente pero el satisfactorio resultado salta a la vista.
Cuando a finales del siglo XVIII los frailes del convento del Carmen Calzado volvían a su mansión después de su labor apostólica seguro que contemplaban lo que nosotros contemplamos. Sus muros también observaron los terrores de la guerra de la Independencia y de las guerras carlistas y las alegrías y las penas de muchas generaciones de bilbilitanos.
Hoy la entrada del blog es un justo homenaje. Muchas gracias a sus propietarios por conservar algo que en el fondo es de todos. Ojalá cundiera el ejemplo.