Hace pocos días asistí muy curioso a la bajada de la Virgen del Carmen por el cauce del río Jalón. La verdad es que no es el primer año que se celebraba este acontecimiento pero reconozco que me pareció una de esas buenas ideas que los bilbilitanos copiamos para mayor realce de nuestras festividades. La imagen bajaba en una peana escoltada por seis voluntarios, surcando las turbias aguas. A ambos lados del recorrido, unas antorchas iluminaban la escena y de fondo una grabación con la «Salve reina de los mares».
Aunque este acto, tan nuevo y tan aplaudido por los concurrentes, es relativamente reciente las fiestas del barrio de la estación son ya una de esas tradiciones que están enraizadas en el alma de nuestra ciudad.
La primera vez que se celebraron estas fiestas fue en 1942 (1). En ese año un grupo de vecinos, decidieron poner bajo la protección de la Virgen marinera el castizo barrio de la estación, y celebrar unas sonadas fiestas en su honor. La comisión organizadora, y fundadora, estaba formada por don Ricardo Uriol, don José Uriol, los hermanos Verón, Fernando Díaz, Salvador Minguijón y Teófilo Larrea.
En aquellos años cuarenta los actos religiosos eran indispensables y además, siempre venían teñidos de cierto matiz de solemnidad. La procesión con la imagen de la Virgen del Carmen recorría, portada sólo por mujeres, todas las calles del barrio.
Para dar empaque a aquella primera edición de las fiestas, se encargó al artista bilbilitano Juan Cruz Melero el diseño de un barco que, sobre ruedas, salió en cabalgata cargado de muchachas vestidas de marineros. Según cuenta Eduardo Larrea, a las siete de la tarde de aquel 16 de julio de 1942, se detuvo este galeón cargado de las féminas del barrio en la esquina entre Benito Vicioso y el camino de la Estación . Frente a él nuestra histórica comparsa de gigantes y cabezudos. De repente, procedente del otro lado del río, apareció cruzando el puente un camión, cuya parte trasera venía cubierto con unas cortinas. Cuando el vehículo se detuvo salieron de él dos nuevos cabezudos, Popeye y Rosario, que se abrazaron a sus «padres» los gigantes, y besaron efusivamente al resto de los cabezudos presentes. El éxito de la hazaña debió ser recordado años y años por todos los habitantes de Calatayud presentes.
La verbena nocturna se celebraba en la llamada «pieza de Montuenga» (donde hoy hay una peluquería, una librería etc) que por entonces era un inmenso solar. Allí se colocó el barco y sobre él una colección de fuegos artificiales. Los farolillos de la verbena venían a iluminar una noche de julio memorable en un barrio, que por aquel entonces, no estaba totalmente iluminado, lo que daba todavía más magia a la que ya de por si tienen estas noches de verano en Calatayud.
Las fiestas, tras un largo periodo de silencio, volvieron a surgir en los años noventa con nuevos bríos, con nuevas tradiciones y con mucha aceptación popular. El gran esfuerzo de los vecinos del barrio se ven compensados con creces con los elogios que de ellas hacen todos los que la visitan.
Si usted no es de Calatayud y quiere disfrutar de una verbena de las de toda la vida visite Calatayud en estas fechas del mes de julio (el fin de semana alrededor del 16 de julio). Les aseguro que no olvidará el carácter festivo de los bilbilitanos ni su hospitalidad. Les pilla a tiro de piedra y con la estación al lado, claro está.
(1) LARREA, Eduardo. Sepa cosas de su pueblo. Calatayud: Centro de estudios bilbilitanos, 2009.
Pues sí, Carlos. Con estás cosas que nos cuentas no vamos a poder dejar de ir a Calatayud.
Lo haces muy atrayente. Das un valor único a Calatayud, que espero que los bilbilitanos sepan reconocer y agradecer.
Porque a los ojos de mi imaginación, Calatayud se está volviendo una ciudad de ensueño donde puedo hacer un maravilloso viaje en el tiempo.
Antes de leer tu blog lo único que sabía era lo de la Dolores.Como de Teruel sólo sé lo de los amantes.
Eso es lo que pretendo Paloma, ofrecer una imagen distinta de nuestra ciudad de Calatayud. Darla a conocer para que sea amada también por otros, por los que nos visitan. Muchas gracias por tus comentarios.
Me encanta leer a Carlos de la Fuente. Mi enhorabuena por su blog.
José Ramón, en primer lugar pedirle disculpas por haber tardado tanto en responder a su amable comentario. He visitado su blog y la verdad es que también me ha gustado mucho. Un cordial saludo, y cuando quiera ya sabe donde tiene su casa.