La Semana Santa forma parte de esas fechas especiales, marcadas a fuego en el calendario de todos los habitantes de Calatayud y de muchos de sus visitantes. Los meses previos a esta celebración, los agrestes alrededores de la ciudad, dejan de un lado su habitual silencio. Sus montes yesosos, sirven de improvisado altavoz del rumor ronco de los compases de los ensayos de tambores y bombos.
La particularidad de sus procesiones, su compás tranquilo y humilde por las calles de nuestro caso histórico, son sólo uno de las excusas para acercarse a esta población con encanto. En esta época, podemos sumar a la típica gastronomía bilbilitana de cuaresma, con sus clásicas culecas o el típico guiso de los garbanzos con congrio, el sabor dulce de «los ibéricos» de Semana Santa. Casa Micheto, uno de los comercios más antiguos de la ciudad, dedica con acierto desde el siglo XVIII, su mejor hacer a la creación de ricos dulces. La elaboración de «los ibéricos» se pierde en la memoria de esta familia de confiteros. Su sabor, junto al dulzor de la limonada, es imprescindible para entender nuestra forma de vivir la Semana Santa. En su receta están presentes los bilbilitanos bizcochos de «soletilla», el aceite, la crema y el azúcar. Pensemos que su sabor ya estaría presente en los postres de muchos habitantes de Calatayud desde hace muchos muchos años. Quizá, como sorpresa a las inesperadas visitas de las personas más queridas, en los salones de la pintoresca plaza del Mercado, aparecerían estos castizos»ibéricos» servidos en aquellos blancos platos de loza para regocijo de los más «lambrotos» (golosos). Recordemos que la antigua sede de esta confitería se encontraba en este maravilloso lugar.
¿Por qué no acompañar la solemnidad de las bellas procesiones bilbilitanas con este dulce tradicional y único?. Esencia de nuestra ciudad diría yo.
(Fotografía tomada del facebook de confiteria Micheto Paseo Cortes de Aragón 12, Calatayud)