Algunas veces habréis leído en la página de La Sobresaliente que la historia de las poblaciones no se escribe solamente desde la perspectiva de las grandes gestas o los episodios gloriosos. Muchas veces, el testimonio callado de las personas, nos ayudan a conocer aspectos que, de otra manera, quedarían sepultados por el devenir de los tiempos modernos.
Estas fechas de Semana Santa ha llegado a nuestras manos «Tradición y esencia, según Emilio Navarro Ruiz». A todos nos habría gustado, en un momento dado, disponer de una grabadora para que la sabiduría de los mayores no se perdiera ni desvirtuara con la adaptación natural de nuestro pensamiento. Rosa Calmarza tuvo la suerte, y el acierto, de recoger el testimonio de un sacristán a la antigua usanza, y un gran amante de las tradiciones bilbilitanas. Entre sus páginas asoman los usos de las colegiatas vigentes antes del Concilio Vaticano II. Las fiestas, ornamentos, las devociones…con detalles realmente sorprendentes que nos ayudarán a situarnos en otra época. Nunca imaginaríamos el boato de la noche de Jueves santo, o los oficios del Viernes santo teñidos de barroquismo y cantos en latín. Enhorabuena por la iniciativa de Rosa Calmarza, sin duda llevada por el cariño hacia «Emilio», como era conocido por todos, y el amor por Calatayud.
Estoy deseando asomarme a las páginas de ese libro. Sin duda a todos, en más de una ocasión, nos hubiera gustado poder grabar alguna conversación con aquellos que han vivido lo suficiente para poder describir y anhelar esas tradiciones que, por desgracia, se han ido perdiendo o desdibujando.