Desde hace unos años, esta tradicional celebración que en nuestro país conmemora la fiesta de Todos los Santos y los Fieles difuntos, se ha desvirtuado en cierta manera, al aceptar como nuestras, fiestas procedentes del mundo anglosajón, es decir, la irrupción de la archiconocida fiesta de «Halloween». No vamos a cargar tintas ni a montar la marimorena con este tema porque el ponernos en plan purista es bastante aburrido (las calabazas con una vela dentro ya se hacían en varios pueblos de nuestra comarca). Lo que sí voy a hacer en este vuestro blog, es ofreceros una alternativa que es la de vivir nuestra ciudad de manera romántica, combinando tradición, historias de duendes, aparecidos y crímenes, un recorrido distinto por nuestro Calatayud más auténtico y desconocido: “Un paseo de muerte”.
La asociación Torre Albarrana pone otra vez todo su empeño, por reivindicar una ciudad de Calatayud que quiere recuperar y mostrar con orgullo, todo lo que nos hace diferentes y únicos.
“Un paseo de muerte” es una genial alternativa a los tan comunes difraces de «Halloween». Este estupendo recorrido combinará la lectura de inquietantes relatos, con la creación de unos originales escaparates que ilustrarán cada una de las escenas. Comenzaremos en el atrio de la iglesia de San Benito ¿por qué?, pues básicamente porque allí es donde se enterraba a los ajusticiados en nuestra ciudad. Todo ese lugar se encuentra aún repleto de los esqueletos de los muertos por la horca o el garrote vil, que no podían ser enterrados en el interior de los templos. Otros lugares inquietantes que recorreremos bajo la luz de las velas, y que harán volar nuestra imaginación son: el Fosal de la calle de las almas, el cementerio de los pobres, en la calle Amparados, sobre el que versa además uno de nuestros relatos; o la calle del Teatro, donde el que aquí os escribe, leerá un terrible crimen en el Calatayud del siglo XVIII: “El estudiante de las muertes”. Los escaparates de antiguos comercios como Casa Bardagí o la mercería Muñoz, en lo que fue la antigua plaza de las Cárceles Viejas, y cafeterías con encanto, como nuestro ponderado el Bombón, serán otras de nuestras paradas.
Qué mejor que iluminar nuestro itinerario con las palabras del genial Bécquer rememorando la leyenda del Monte de las ánimas: “Las dueñas referían, a propósito de la noche de difuntos, cuentos tenebrosos en que los espectros y los aparecidos representaban el principal papel; y las campanas de las iglesias de Soria doblaban a lo lejos con un tañido monótono y triste”. Imaginemos pues, nuestra ciudad en siglos pasados, el sonido de las campanas tocando a muerto, las casas llenas de velas y responsos, el aire frío que recrudece el otoño invade cada rincón; es la noche de difuntos (del 1 al 2 de noviembre). Cualquier leyenda, cualquier hecho luctuoso, se refiere en las cadieras junto al fuego… En “Un paseo de muerte” vamos a recuperar todo eso. Recuerden, los días 1 y 3 de noviembre, a las siete de la tarde en el atrio de la Iglesia de San Benito. Los lutos por los que no están acompañarán nuestros pasos en esa escalofriante y oscura tarde de Todos los Santos, no se lo pierdan.
Ya es hora que un bilbilitano se interese por la cultura de calatayud